CUMPLEAÑOS
El niño revuelve un recuerdo con un palo
hasta que lo envejece.
Entonces oye voces:
Dios lo llama,
ella lo llama:
ella disca el número que se ha grabado
como el prisionero el suyo carcelario,
como el paranoide el suyo fijo en la pared:
le enumera sus caras lácteas,
sus pseudónimos de puta,
las múltiples camas moteleras
en que sacudieron tribulaciones y filigranas;
lo ensalza,
le pinta la Capilla Sixtina en el sistema nervioso,
y lo alza como un trofeo lustroso en el Camp Nou
para luego dejarlo caer como un florero de tercera mano
al final de una callejón inmundo y conspirador.
El niño no se rompe:
sacude su cerebro lleno de enjambres,
vacía su balde roto en la arena.
El niño revuelve un recuerdo con un palo
hasta que envejece su niñez.
Luis Alejandro Escudero
Texto&Fotografía
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