CEÑIRME A TUS BRAZOS DESDE UN BARRANCO PROFUNDO

de tu pintura María José, los ojos fueron las lenguas

moderarse en las palabras como si se fuera una prenda de vestir radica en la suspensión de los párpados, desaparece en la abertura de tu cerradura o juego de tus llaves. y desde allí apresurar o reducir el espacio de este despeñadero, encrucijada de cerrojos, cavidad de mar, pintura en miniatura de lo que nos mueve a reír tenuemente, sin ruido. pones tus brazos al frente de un templo para acariciar sus capiteles y columnas, y a la hora de las oraciones en que una cinta adorna tu cuello, me hablas: los barcos se van y vienen acá, disfrutan la orilla y luego se van.

Gonzalo Geraldo Peláez
http://bellezadenopensar.blogspot.com/
Chile

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Citamos a Roland Barthes:

El regalo amoroso es solemne; arrastrado por la metonimia voraz que regula la vida imaginaria, me transporto por entero en él. A través de ese objeto te doy mi Todo, te toco con mi falo; es por eso que estoy loco de excitación, que recorro las tiendas, que me obstino en encontrar el buen fetiche, el fetiche brillante, logrado, que se adaptará perfectamente a tu deseo.