Te fui infiel en el acto macabro
Más repugnante que ha creado mi mente…
Corté las yemas de mis dedos para no dejar
Huellas en ningún lugar de mi desesperanza,
Las corté poquito a poco
Para que doliera hasta el final de mis entrañas.
Astillas muy finas atravesé en mi carne desencajada,
En aquellos lugares de mi cuerpo…
Donde se depositó el Apocalipsis de tus manos de playa…
Agujas, Asqueadas de mi sangre inmaculada…
Acostumbradas a mi recurrencia
Y llenas de una infección existencial que desequilibraba
Cada bacteria mezclada entre sudor
Y las lagrimas…
…Dolía cada vez menos,
El acto sabía dulce y no menos extasiado por la sangre
Que cubría cada rincón de mis añoranzas…
Te fui infiel entre lágrimas, agujas y malditos reproches
Que rasgaban mis muñecas embriagadas…
La benevolencia que tuvo cada imagen
Frente a mi mente abarrotada de recuerdos reprimidos,
Fue la que no me hizo enloquecer de manera definitiva…
En el inconciente colectivo de presentes
Quedó aquel acto pasado…
Conjugado con esta infidelidad espiritual
Que nació el día en que dejé de saber de ti…
…El día en que se marchó de mi vida la ultima rosa
Que depositaste en mis sienes…
El día en que tomaste tus maletas y dijiste
Que lo hacías por mí y no por que dejases de quererme.
Karina de Márquez
http://bilisnegra-tears.blogspot.com/
Chile
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Imagen: Raissen
Web: http://schmerz-raissen.deviantart.com
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Citamos a Ricardo Molina:
--ÁMAME SÓLO—
Ámame sólo como amarías al viento
cuando pasa en un largo suspiro hacia las nubes;
Ámame sólo como amarías al viento
que nada sabe del alma de las rosas,
ni de los seres inmóviles del mundo,
como al viento que pasa entre el cielo y la tierra
hablando de su vida con rumor fugitivo;
ámame como al viento ajeno a la existencia
quieta que se abre en flores,
ajeno a la terrestre
fidelidad de las cosas inmóviles,
como al viento cuya esencia es, ir sin rumbo,
como al viento en quien pena y goce se confunden,
ámame como al viento tembloroso y errante.
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