--Empiezo nuevamente—

Dios existe,
desde las largas penumbras de un alma ausente.
Dios existe,
el viene vestido de polvo y sombra
entre los jardines otoñales,
y las rosas lloran la partida gris
de un alma ausente.

Porque hoy me dirijo a ti,
Señor creador de los cielos
y canto mi pena a los vientos;
vientos que pasan entre mis dedos
peinando estas palabras que lloran,
cada vez que digo ¡NO EXISTES!

¿Por qué tanto dolor en el hombre?
¿Somos mal agradecidos de tu obra?
¿O quizás no existes?
Nuestras almas se extinguen
velozmente en el dolor de estos días,
y mis palabras gritan tu nombre,
en la oscuridad del sol que cada noche,
se despide en la memoria.

Sólo sé que el amanecer cae,
cae en los surcos de tu cuerpo,
cansado de estar atado de espinas y lágrimas.


EMPIEZO NUEVAMENTE

Sergio Olivares
Chile