--- Días normales ---

Este amanecer tan cubierto por los barcos grises del celeste
Deja ver solo unos cuantos brillos del señor que despierta en el este
Y después ese humo de luz, asomándose tímidamente se desliza por mis dedos
Y la luz se vuelve a reflejar al viento después de golpear el rocío de mis ojos
Una cobija de resplandor blanco duerme a las montañas frente a mi puerta
Y su silueta blanca y negra que se hace con ellas se asemeja a una sonrisa abierta
La boca parece hablar con el sonido de las ramas que lloran la primavera perdida
Mientras tanto yo sentado miro la escena como recordando algo de mi vida
Fumarolas de pájaros, contaminación sana de la hermosa naturaleza
Ah… dos parvadas de distintos bandos formando con sus alas lo que pareciesen
unas fosas nasales
Fosas que con el aire que mueve mi cabello se hacen dueñas del poder de respirar
Tal parece que el día se está mejorando y hasta me siento con deseos de salir a caminar
Las nubes se empiezan a borrar y la luna y el sol aún se pueden divisar en lo alto
El sol y la luna como dos pupilas enormes, semejantes a unos ojos que aún no he olvidado
Los copos de nieve del cielo desparecieron y dejan entrar al toro luminoso
Que ha envestido la tierra y los alrededores dejando su camino de fuego hasta el suelo
Y los rayos tan brillantes, los pálidos y los opacos forman un vestido dorado
Hecho de tela de luz y cada rayo es un cabello y otro y otro más de tú pelo adorado
¿Tu cabello?, si, tu cabello, tu sonrisa, tu voz, tu nariz, tus ojos, tu rostro
…El día ya se ha vuelto oscuro y lluvioso…
De nuevo es un día normal
Como todos los que han pasado desde que no estás…


Rogelio Hernández
México