--Pasión—-


El fino hierro tiembla y se excita
eyaculando suaves y tibias melodías
de pasión descontrolada
de mortajas sangrantes y de contornos devorados
por el sublime aliento del sudor
la aurora distorsiona el goce.
El cielo agrietado de luces y sombras
Atraviesa los cristales
Desgarrando el vacío indómito de la oscuridad
Cada nicho, cada rincón brama
Respirando la eminencia del augurio
Las puertas tienes ojos
Las paredes tienen bocas y brazos
Son cómplices testigos
Que mudos presencian
Las pasiones del fuego.
Los oídos son ciegos a las tinieblas
Sordos a la vida y la creación.
El hierro se desplaza
Por los aires...
Lentamente
Majestuosamente...
Los objetos cobran vida
Los espacios se ausentan
Y convergen en el angustioso
Desenfreno de la risa.
Todo es cosa de un segundo,
Un gemido
Tiempo...
El péndulo enloquecido se balancea burlesco
La delgada hoja cae
Una y otra vez.
El metal forjado penetra
La carne
Y desgarra una y otra vez
Sin detener su furia desquiciada
Los últimos gritos de la debilidad
Se ahogan en el océano de la muerte
La sangre lo cubre todo
Y el crujir de los huesos que se destrozan
Y Estallan en astillas
Coronan de éxtasis y belleza
La excitación de mil orgasmos
Que me devuelven
....................................................................
Fue una perfecta sinfonía
un bello resplandor de exquisita lujuria
de pronto el péndulo se detiene
el rito ha llegado a su fin
y en ti ya no hay mas lagrimas
miedo, dolor
tampoco esperanza
ni vida
la muerte se lo llevo todo
hermosa te elevo a dios
y yo quede nuevamente
triste y solitario
contemplando torpemente
otro cadáver infinito de pasión
sin poder despejarme de mis temores
y confundido como siempre entre las sombras...


Marcelo Valdés
Chile

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Citamos a Leopoldo Lugones

--AMOR-–


Amor que en una soledad de perla
veló el misterio de su aristocracia,
donde, sino el encanto de tu gracia,
no hay otro que estar triste de no verla.
Dichosa angustia de buscar tus manos,
como si en la tristeza incomprendida
de tus ojos profundos y lejanos,
hubiera ya un comienzo de partida.
Trémula adoración que es el sustento
de aquella aroma que tu amor resume:
levedad generosa del perfume
cuya vida es un desvanecimiento.
Ligero llanto en que la dicha emana
su oscura plenitud de noche bella.
Inquietud de mirarte tan lejana
y tan azul, que te me has vuelto estrella.