"Adiós"

En tu dolor encontré mi refugio,
triste alma, embriagada de vino y ofensas.
Mi suspiro deposité en tu pecho mancebo,
mieses de líricas malditas e incomprendidas;
en afán desquiciado por sanar mis heridas.

Infinito tormento que se alzó como el fuego,
que a nuestros predominios redujo a cenizas...
Gigante ensombrecido que se debate contra mis dogmas,
se extingue cuando me rindo en tu boca.

Esta noche tu ausencia se vuelve desmesurada,
pérfida sensación que me transporta al vacío;
me arroja viva hacia el sepulcro de muerte.

Que abominables son los sentimientos...!!
que desnudos nos arrojan a la humanidad,
carentes de escudos y dagas para luchar.

Bajo lánguidos cielos
presencié la obra trágica de mi suicidio,
quererte...!!
Que repulsiva se me presenta la verdad,
abandonada por entero a la tierra despiadada,
devorada en las fauces del amor...
y que ridícula es la balada que se entona ahora.

¿Hubiese sido válido resistirse?,
¿evadir los que tanto llanto contrajo?,
todo se torna difuso en mi mareo…
Si es posible, ninguna palabra digas,
que no sirvan de cadenas
los versos que te escribo en mi desvelo.

Hoy despojo –sin temor- de mis entrañas,
el ácido mortal que carcome por dentro,
me libero de este yugo...te liberas,
ya no pondré frente a ti mis ojos abiertos,
ocultos serán compuertas divisorias y eternas.

Aparto mis brazos de tu cuello,
en silencio te observo, aguardando tu partida;
nada en el pasado ha quedado de nosotros,
disueltas están las frágiles huellas.

La tarde que me aguarda, fría, en mi lecho,
beberé de la copa de la amnesia,
un sueño profundo me desviará quedo,
con su veneno transcurriendo por mis venas.

Por tu libertad alzaré mi copa,
haré un brindis con mis dedos trémulos,
por la repulsión que el amor me provoca,
y la llevaré a mi boca como a tus besos...

...Dulce y mortífero desvanecimiento.

Vete y no me obligues a hacer más cruel esta agonía,
brinda como yo por la vida que te espera,
arrójate a los brazos tibios y rasos del pecado,
cuando mi mirada ya no esté sobre ti.

Me iré por estrechas y míseras calles,
para no tener tu cuerpo jamás.

Les delires
Chile